Agradecimientos

Antes de nada debo agradecer a mi directora de tesis Oksana Fesenko por sus esfuerzos para la realización y finalización de esta tesis. Agradezco a todos los miembros del grupo su ayuda para el desarrollo de este trabajo asi como los agradables ratos pasados durante estos años: a los seniors J.M. González, F. Cebollada, J. Palomares y a los juniors R. Yanes, E. Paz, U. Atxitia, F. Pigazo, R. Cuadrado y J. Haba. Del mismo modo ha sido agradable el tiempo pasado trabajando con la gente que ha visitado el grupo entre quienes estan O. Usatenko, I. Gerasymchuk y G. Rodríguez. Tambien debo acordarme de toda la gente que ha poblado el laboratorio 155 Ligia, German, Aldo y otra vez Unai. También dar las gracias a Sonia por sus alegres saludos y sus dulces.

Agradezco a Seagate Research la provisión de la beca que ha hecho posible esta tesis. También debo agradecer la estancia de tres meses en su sede de Pittsburgh y otras visitas anteriores. Especialmente agradecido estoy sobre todo a la gente que allí me he encontrado: O. Mryasov, quien me abrió las puertas de su casa, P. Asselin quien me enseño sobre métodos matemáticos, y sobre todo a mi compañera de despacho Ninfang, sin su afición al café no se que hubiera hecho todo ese tiempo. También quisiera agradecer a Roy Chantrell sus discusiones sobre magnetismo y su contagiante optimismo.

No quisiera tampoco olvidar los buenos momentos durante la tesis que he pasado con mis compañeros de planta y gente del fútbol K. Pirota, D. Navas, K. García, J. Torrejón, M. Vázquez, M. Provencio, G. Badini, W. Rosa, J. Caperos, R. Sanz, C. Luna y otros muchos. De igual modo he pasado buenos ratos a la hora de la comida con J. Mendez, J. Iribas, I. Jimenez, A. Baró, I. Reguera, M. Moreno y F. López.

Quisiera agradecer a J.M. Rodríguez Puerta su ayuda técnica, sobre todo en la compilación de software esotérico. Aunque su método de resolver los problemas es primero romperlo todo, sin su ayuda no hubiera podido continuar los cálculos.

Fuera del entorno científico quisiera dar las gracias a Scott Adams por las sonrisas diarias que han hecho más fácil el día a día.

No podría acabar sin agradecer a J.M. Torres por ayudarme durante el inicio de este trabajo. A partir de su código inicial he llegado a crear un autentico engendro. A pesar de quedarme cerca, no he conseguido mi objetivo inicial de demostrar que su tesis era completamente errónea. Espero sepa perdonarme tantas preguntas y tan parecidas.

Y antes de finalizar, debo por supuesto agradecer el cariño y el apoyo de mis padres, a pesar de que no entendían muy bien a qué se dedicaba su hijo.

2008-04-04